El barranquismo es una práctica deportiva consistente en la progresión por cañones o barrancos, cauces de torrentes o ríos de montaña, a pie y/o nadando, y que ya cuenta con diferentes técnicas, materiales propios y bien diferenciados.
Desde comienzos del siglo XX se ha utilizado la progresión por barrancos en excursiones montañeras. En este contexto se formalizó la especialidad adscrita a los Estatutos de la FEXME, que hoy reconocemos como barranquismo.
Los ríos, como ecosistema lineal, han sido foco de atención humana desde la prehistoria. En cada periodo histórico han tenido y tienen sus motivos para seducirnos. Han sido fuente de agua potable y alimento, y vía de comunicación en todas las épocas. De siempre han sufrido contaminación de forma natural.
El agua como elemento que interactúa en el medio, conforma un biotopo de características muy importantes. El caudal, la velocidad, las propiedades químicas son elementos de su propio ser, que se deben tener en cuenta y que le confieren las características propias de este particular ecosistema.
Otro factor es el soporte físico del propio río, los materiales geológicos por los que discurre, su disposición y topografía, así como los procesos de erosión y transporte, que originan una morfología de cañón y/o barranco por los cuales es posible la progresión.
Por todo ello en la práctica deportiva del descenso de barrancos deberán tenerse en cuenta una serie de factores para realizar la actividad de una forma lo más sostenible posible.